3/7/08

La enajenación... (Después el placer)

Pasé innumerables veces momentos de enajenación, motivados por diversos factores, desconocidos por mi... hoy sé que era dolor.

Un dolor que no se podía medir y por lo mismo no se podía curar. Vivía en mi interior sin poder encontrar una salida,no sabía como hacerlo, en realidad creo que me reprimía.

Me cansé de "sufrir" (es que sí llega a pesar y bastantito en la vida), así que me dediqué a sacar todo eso que me ataba a una constante repitición de sucesos...

Al borde de la "locura" visualicé un mundo sin enredos, sin ataduras: totalmente libre.

Volaba sin cansancio, experimentaba espasmos provocados por la autosatisfacción que me dejaban exhausta y al mismo tiempo aprendí a conocer aquellas zonas que me extasiaban...

Dos puntos principales se entrelazaban en mi viaje... Al momento de coordinarse me hacían conocer el mundo entero en un abrir y cerrar de ojos...
Me hacían desplazarme a otro estado, no me reconocía, era otra, era distinta.


Dos montañas se elevaban hinchándose en la cumbre y tocando el cielo. Un monte poblado de calor se impactaba por
la pasión, convirtiéndose en un volcán que tan pronto estallaba, provocaba saciedad...
Todo lo que me rodeaba desaparecía y yo no deseaba regresar del punto exacto donde perdía la noción de la realidad.


Después de liberar esa energía que antes me ocasionaba "dolor", sentía que la vida sí tienía un lado emotivo, explosivo, divertido... rico.

Y estaba ahí, a la expectativa de dejarse encontrar y de nuevo viajar... viajar... viajar.

La enajenación a no saber qué ocurría en mi interior, desapareció.

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